Empecé mi viaje a Méjico el miércoles 2 de noviembre en Barcelona con Iberia, como no, con escala obligada en Madrid. Como el vuelo se retrasó la dos horas de margen que tenía en teoría en Madrid, se convirtieron en 10 minutos! La distancia entre la terminal T4 de Madrid y la Terminal Satélite de donde salen los vuelos transocánicos es de unos 25 minutos andando, pero yo la tuve que recorrer corriendo en menos de 15 minutos por gentileza de la línea aérea. Aún así llegue al mostrador cuando el A340 ya había cerrado puertas. Por suerte el comandante accedió a volverlas a abrir para mi. Ya estaba dentro y casi me da un infarto! Mirad mi cara de felicidad...
Para recorrer los algo más de 9.000 km de distancia, se tarda unas 12 horas de vuelo, a lo que hay que restar 7horas de diferencia horaria. Lo primero que impresiona al aproximarse al aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México es que éste se encuentra...enmedio de la ciudad! Uno puede ver las casas, los coches y las personas en la calle desde la ventanilla del avión.
Al llegar casi 1 hora de cola para pasar el control de inmigración, pero el trato fue supercordial. Como "persona de negocios" te autorizan a una estancia máxima de 180 días. Luego a esperar la maleta grande, pero como no podía ser de otra manera...no llegó! A reclamar, y me dicen que sí que ya tienen aviso de que se ha quedado en Madrid, y que vendrá en el mismo vuelo del día siguiente y que me la remitirán al hotel.
El siguiente paso es el control de aduana. Pasas las maletas por un scanner y además debes presionar un botón. Si se enciende una luz verde sigues adelante...pero si la luz es roja, toca abrir y revisar todo el equipaje. Pregunté si había algún criterio y me dijeron que era aleatorio...no lo tengo muy claro!
Fuera me esperaba Ricardo, el responsable de siniestros en Méjico quien amablemente me vino a recoger al aeropuerto. Un tráfico infernal...pero por fin llegamos al Hotel Nikko en pleno barrio de Chapultepec-Polanco, una de las zonas bien de México City. Junto aquí se encuentra la famosa calle del Presidente Masaryk, donde están todas las tiendas de lujo de las más conocidas marcas. El hotel Nikko, una torre de 40 pisos, es moderno y agradable y está lleno de restaurantes (y clientes) orientales: chino, japonés, tailandés. Por cierto ni rastro en las calles del centro de las "calaveritas" del día de muertos.
De México City os puedo dar algunas primeras impresiones: es enorme, más de 20 millones de habitantes, está llena de colinas, es decir, no es tan llana como uno podía creer, está a 2.300 metros de altura por lo que muchos extranjeros se marean, no en mi caso, afortunadamente, hay un tráfico infernal, mucha policía por la calle y no he tenido hasta ahora sensación de inseguridad ninguna. Es cierto que hay más atracos con violencia que en España pero con las dimensiones de espacio y personas que hay no es algo tan aparente como te podrías creer. El tema de la lucha contra los cárteles de la droga no ha llegado a México City. Llama la atención la extrema amabilidad de todas las personas y la educación en las formas. A la pregunta "permiso?" se responde con un "propio". Ah y una última cosa...aquí NO se "cogen" las cosas se toman!!!
Bueno en mi próxima entrada os relataré más cosas sobre la ciudad, ya que estos dos últimos días he estado reunido en Zurich seguros con el personal de dirección y con el personal del área de siniestros y aún no he tenido tiempo de voltar por ahí...para eso me quedo aquí el fin de semana.
Y aqui teneis la prueba de que estoy aquí y no en una isla del Caribe perdida: